dilluns, 12 d’abril del 2010

Millora en el tractament del càncer de colon


Descubierta una proteína esencial en el tratamiento del cáncer de colon
Altos niveles de aprataxina frenan la eficacia de la quimioterapia a base de irinotecán, según los investigadores de Vall d'Hebron
J. GARRIGA - Barcelona - 12/04/2010
Un equipo del Instituto de Investigación del hospital de Vall d'Hebron de Barcelona ha descubierto la proteína responsable de la resistencia que algunos enfermos de cáncer de colon ofrecen a los tratamientos de quimioterapia a base de irinotecán. Los investigadores han certificado que altos niveles celulares de aprataxina son los responsables de que sólo entre el 20 y el 30% de los pacientes respondan a este fármaco, uno de los más habituales para frenar y combatir el cáncer colorrectal. Es decir, cuanta más presencia de aprataxina, menor efectividad del irinotecán.
Los fármacos usados en quimioterapia para tratar el cáncer de colon con metástasis están compuestos normalmente de moléculas que impiden el crecimiento de las células cancerosas, inhiben su división o evitan la formación de nuevos vasos sanguíneos que alimentan el tumor. El irinotecán actúa sobre la célula quebrando sus cadenas de ADN y la aprataxina, en cambio, repara estas roturas. "Aunque es eficaz frente a la enfermedad, sólo el 20 o 30% de los pacientes responde a este tratamiento. Saber qué personas son resistentes (al irinotecán) es muy útil en el momento de elegir un tratamiento de quimioterapia u otro", afirmó el doctor Diego Arango, responsable del estudio, publicado en la revista
Clinical Cancer Research.

El descubrimiento de este marcador permitirá conocer qué tratamiento es el más adecuado para cada paciente y si hay que someter o no a un enfermo a quimioterapia con irinotecán una vez comprobada su concentración de aprataxina. De esta manera se evitará someter a una persona a un tratamiento que produce muchos efectos secundarios y que, en parte, es de dudosa eficacia.
"Del mismo modo que hace cuatro años se descubrió que los pacientes que tenían una mutación en el gen K-Ras no respondían al cetuximab y que ahora, ante cualquier paciente con cáncer de colon, se estudia de rutina esta mutación para ajustar el tratamiento, estamos convencidos de que la aprataxina tendrá el mismo valor en el caso del irinotecán", agregó Arango.
El estudio se inició con pruebas in vitro, comparando el patrón de actividad de 9.000 genes en 30 líneas de células cancerosas de colon y recto tratadas con irinotecán. Después se procedió a cotejar muestras de 135 pacientes afectados por este tipo de cáncer, que habían recibido quimioterapia a base de irinotecán, y sus niveles de la proteína aprataxina en el tumor. "Concluimos que al menos el 40% de los pacientes con escasos niveles de aprataxina tenían más probabilidades de responder al irinotecán. El aumento de la supervivencia era de 1 año y medio superior a los que presentaban mayor concentración de aprataxina",

dissabte, 10 d’abril del 2010

Descobert un homínid de quasi 2 milions d'anys d'antiguitat


Descubierto un homínido de hace casi dos millones de años
La nueva especie puede ser un ancestro de la humanidad o una rama lateral extinguida
ALICIA RIVERA - Madrid - 08/04/2010
Matthew Berger, un niño de nueve años, acompañaba a su padre, el científico Lee Berger, el 15 de agosto de 2008 en una bien planeada excursión por las cercanías de Johanesburgo (Suráfrica) en busca de restos del pasado. Al poco de llegar al lugar elegido para empezar el rastreo, el chico exclamó: "¡Un fósil!". Él no sabía de qué animal era, pero el padre sí: una clavícula, y cuando dio la vuelta al bloque de piedra que había encontrado su hijo con el fósil, inmediatamente identificó otro, una mandíbula con un canino, y eran de homínido, el máximo trofeo para un paleoantropólogo como él.
Expediciones posteriores en la zona, estudios minuciosos y muchos meses de trabajo para extraer los antiguos huesos de los bloques en que estaban incrustados, han sacado a la luz dos esqueletos parciales fosilizados de hace aproximadamente 1,8 millones de años. Uno es de un niño o un adolescente (entre 10 y 13 años), el que encontró Matthew; el otro, que se descubrió en septiembre de 2008, es de una hembra al final de la veintena; combinan rasgos antiguos y modernos, y los científicos afirman que son una especie nueva de homínidos desconocida hasta ahora, que ellos han bautizado Australopithecus sediba. Es más, Berger y sus colegas plantean que esta especie bien podría encajar en la línea ancestral humana, representando una transición entre los antiguos australopitecos y los primeros individuos del género Homo. Otros expertos (unos 60 científicos han visto ya los nuevos fósiles) prefieren situar A.sediba como una rama lateral -extinguida- a la línea evolutiva humana. De cualquier forma, se trata de un hallazgo sensacional, coinciden unos y otros, que proporciona rica información sobre los ancestros del hombre hace dos millones de años.
"Estos fósiles nos dan una visión extraordinariamente detallada de un nuevo capítulo de la evolución humana, convirtiéndose en una ventana abierta hacia un período clave en el que los homínidos hicieron el crítico cambio desde su dependencia de la vida en los árboles a la vida en el suelo", explica Berger (Universidad Witwatersrand, Suráfrica). "A.sediba presenta un mosaico de rasgos de un animal que se siente cómodo en los dos mundos".
Los dos esqueletos de A.sediba (que significa manantial o fuente en la lengua Sotho de la región) se presentan en la revista Science, que ha rechazado el nombre del joven Matthew entre los firmantes del artículo oficial.
Los científicos han encontrado ya huesos fósiles de al menos otros dos individuos (un niño y otra mujer) de la misma especie en el yacimiento, pero aún no han acabado de estudiarlos y no se dan a conocer de momento.
La hembra y el joven cuyos esqueletos bien conservados se presentan ahora medirían 1,27 metros (aunque el chico seguramente crecería aún algo más); ella podría pesar 33 kilos y él, 27; tenían un cerebro pequeño (unos 420 ó 450 centímetros cúbicos frente a los 1.200-1.600 centímetros cúbicos del nuestro), dientes caninos pequeños, brazos largos, manos fuertes, pelvis avanzada y extremidades inferiores largas. Desde luego caminaban -y seguramente corrían- erguidos. Los fósiles han sido datados mediante diversas técnicas entre 1,95 y 1,78 millones de años. De la cronología y del estudio del entorno del yacimiento se ha ocupado un equipo dirigido por Paul Dirks (Universidad James Cook, Australia). Uno de los cráneos está todavía incrustado parcialmente en un trozo de roca, pero los investigadores han decidido no extraerlo por el riesgo de que se pueda romper, pero lo han estudiado con escáner y han obtenido así una reproducción óptima.
Berger y Dirks empezaron su investigación explorando, con la ayuda de Google Earth, una zona de cuevas, Malapa, cerca de Johanesburgo. El fósil que encontró Matthew y el resto estaban en cavidades con sedimentos, y los investigadores han reconstruido el escenario de la muerte de aquella hembra y aquel joven hace casi dos millones de años. Debieron caer, junto con otros animales, a una cueva profunda y luego fueron arrastrados hasta un lago subterráneo. Tal vez era una época de sequía y los animales se acercaban al agua. Los esqueletos, al estar fuera del alcance de animales depredadores, se conservaron muy bien. Por la disposición de los fósiles en el sedimento, los expertos no descartan que los dos homínidos murieran a la vez o muy cerca en el tiempo.
A. sediba entra directamente en los libros y en los debates de los paleontólogos acerca de la evolución de las especies ancestrales humanas. Estos fósiles tienen aproximadamente un millón de años menos que el famoso esqueleto Lucy, una hembra de Australopithecus afarensis considerada una remota antepasada de la humanidad. Pero 1,9 millones de años tiene el Homo erectus, considerado un antepasado del Homo sapiens, con el que los nuevos esqueletos comparten algunos rasgos. La cuestión es si los individuos de A.sediba son los supervivientes de australopitecos anteriores (A.africanus) que al final se extinguieron, mientras evolucionaban las línea Homo, o si se trata de una especie de transición entre esos australopitecos previos y el H.erectus, como sugieren sus descubridores.

dijous, 8 d’abril del 2010

Descoberta una nova espècie de rèptil

Es descobreix un nou llangardaix gegant a les Filipines
Fa 2 metres de llarg i només pesa 10 quilograms
Un llangardaix de la mida d'un drac, que s'alimenta bàsicament de fruites i que viu als arbres de l’illa de Luzon, al nord de les Filipines, ha estat confirmat com una nova espècie. El nou rèptil crida l'atenció per la seva gran mida, més de 2 metres, però només pesa uns 10 quilograms. Científics de la Universitat de Kansas han estat els responsables d'aquesta important troballa.
Un dels científics encarregats ha dit que "viu a sobre dels arbres i no creiem que es pugui fer tan gran com un drac de Komodo, un animal molt gran que menja grans quantitats de carn fresca. Aquesta nova espècie menja fruites i és només el tercer llangardaix que s'alimenta de fruites al món". A més, des de la Universitat de Kansas han assegurat que descubrir una espècie vertebrada d'aquesta mida és molt díficil.
Aquest llangardaix, una nova espècie del gènere Varanus, s'espanta davant la presència humana i es pot amagar fàcilment dels seus principals depredadors, fet que podria explicar per què aquesta espècie ha passat desapercebuda pels científics durant tots aquests anys. Alguns biòlegs havien vist fotografies del llangardaix per primera vegada l'any 2001, quan alguns científics que es trobaven a la zona van passar prop d'uns caçadors que portaven pells molt colorides, però en aquests punt l'espècie encara no rebia una identificació. En els anys següents altres científics havien sentit històries sobre una espècie de llangardaix que els indígenes de l'illa els agradava menjar perquè la seva carn tenia més bon gust que les espècies que viuen a terra.

dimecres, 7 d’abril del 2010

Ampliació de la plataforma continental de l'estat espanyol




El geólogo que cambia los mapas de España
Luis Somoza coordina la ampliación de la plataforma marina
SOFÍA MENÉNDEZ - Fuerteventura - 07/04/2010
Luis Somoza Losada es geólogo marino e investigador del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), pero bien podría ser mago. Cuando él investiga una región, los libros de geografía se ven obligados a aumentar la extensión del territorio. Actualmente es coordinador científico del proyecto de ampliación de la plataforma continental española (la frontera submarina) y pronto podría añadir 200.000 kilómetros cuadrados a Canarias (de los 100.000 actuales), cuando este verano realice el estudio de los fondos marinos al oeste de la isla del Hierro.

Luis Somoza Losada es geólogo marino e investigador del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), pero bien podría ser mago. Cuando él investiga una región, los libros de geografía se ven obligados a aumentar la extensión del territorio. Actualmente es coordinador científico del proyecto de ampliación de la plataforma continental española (la frontera submarina) y pronto podría añadir 200.000 kilómetros cuadrados a Canarias (de los 100.000 actuales), cuando este verano realice el estudio de los fondos marinos al oeste de la isla del Hierro.

En época de crisis, Somoza, haciendo encaje de bolillos, ha logrado unir los esfuerzos de cuatro ministerios: Asuntos Exteriores, Defensa, Ciencia e Innovación y Medio Ambiente, Medio Rural y Marino. La campaña movilizará tres buques oceanográficos: el Hespérides en agosto de 2010, el Miguel Oliver, en la primavera de 2011, y el Sarmiento de Gamboa, en septiembre de 2011.

Para realizar los trabajos utiliza una tecnología de sondas con la que se obtiene un mapa del relieve de los fondos marinos. "Es una batimetría del fondo con enorme calidad", explica el geólogo, "y busca los rasgos submarinos que sean prolongación de la plataforma canaria, volcanes con la misma naturaleza y características del archipiélago. Todo forma parte de un conjunto. También se hacen muestreos de los posibles recursos minerales, como los nódulos polimetálicos que concentran grandes cantidades de minerales y zonas de gas".

Estos trabajos científicos se presentarán en la comisión técnica de la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS), en Nueva York, como ya se ha hecho con las campañas Breogham y ESPOR, a bordo del Hespérides, en el Golfo de Vizcaya y frente a Galicia, en las que Somoza fue el responsable científico, en 2005 y 2009, respectivamente.

Hasta el momento, la Comisión de Nueva York ha aprobado (el 24 de marzo de 2009), una extensión total de 78.000 kilómetros cuadrados de título jurídico de España sobre la plataforma continental del mar Cantábrico. La propuesta se basó, principalmente, en los datos adquiridos en la campaña oceanográfica Breogham, que se realizó de forma conjunta con Irlanda, Francia y el Reino Unido.

En Galicia, donde se han propuesto unos 50.000 kilómetros cuadrados para añadir a la plataforma continental española, el IGME ha descubierto indicios de gas natural e hidratos de gas. Es el caso del Gran Burato, un agujero de más de cuatro kilómetros de diámetro. Además, recientemente el mismo equipo de investigación que dirige Somoza ha encontrado una gran variedad de nódulos de hierro, de manganeso y de costras polimetálicas y fosforitas en las zonas profundas del margen gallego.

En España, se han descubierto indicios de emisiones de gas e hidratos de gas en los fondos marinos profundos del golfo de Cádiz, Galicia, mar Cantábrico y en el mar de Alborán. Entre los últimos hallazgos cabe destacar los grandes campos de chimeneas de gas metano y más de 52 volcanes, a una profundidad de entre 300 y 4.000 metros, que expulsan fango con gas, y que indican la presencia de hidrocarburos en el golfo de Cádiz y en el mar de Alborán. Allí también han encontrado nódulos de hierro y manganeso ricos en níquel y cobalto.

Somoza considera que algunas películas de ciencia ficción, donde el mal viene del fondo, "tienen su aquel científico, por ejemplo, el triángulo de las Bermudas", donde existe la hipótesis de que hay varios agujeros en el fondo marino que emiten gas metano y cuando pasa por encima algún barco pierde parte de su estabilidad.

Él fue el jefe científico del proyecto Tasyo de exploración de emisiones naturales de hidrocarburos en el golfo de Cádiz y es el actual representante español de la Acción Europea conjunta COST para el estudio de gases hidratados en el Ártico. Puede estar horas explicando curiosidades del fondo del mar, como el hielo inflamable. En todos los mares, a partir de mil metros de profundidad, el gas aparece en estado sólido, similar en apariencia al hielo, pero constituido por moléculas de gas rodeadas por una malla de moléculas de agua, explica.

Las primeras muestras de hidratos de metano mostraron un aspecto exterior semejante a un fragmento de hielo de color blanquecino, explica Somoza. Los fragmentos de hidratos se funden con rapidez, en respuesta al cambio de presión y temperatura, transformándose en agua y gas metano. En estado helado, tienen la particularidad de que se inflaman cuando se les acerca una llama, de ahí el sobrenombre de hielo inflamable.

Otro de los lugares que conoce bien Somoza es la Antártida, donde ha hecho seis campañas oceanográficas en el Hespérides desde el año 1992. "Allí también hemos estudiado la relación entre el frío y el calor, como haremos en Canarias; volcanes submarinos profundos, zonas de hielo y gas hidratado", dice.

El proyecto Hidrodec de hidrotermalismo submarino en la Antártida también fue dirigido por Somoza, entre 2001 y 2002, buscando claves para la exploración de Marte. El continente helado, explica, no sólo constituye uno de los paraísos naturales más espectaculares de nuestro planeta, señala Somoza: "Es, además, un perfecto laboratorio geo-biológico para comprender cómo funcionan multitud de procesos terrestres y marinos, y cómo la vida se adapta a ambientes extremos".